Hemos aprovechado que es verano y tenemos más tiempo libre para realizar riegos de supervivencia en nuestro bosque.
Además hemos vertido materia orgánica en los alcorques para que los árboles tengan los suficientes nutrientes para crecer.
Se ha puesto creando una capa que también los protege, en cierta manera, de los ataques de los conejos. También hacen de retención de la humedad, de manera que la planta pueda aprovechar el rocío de las mañanas.
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